De sorpresa en sorpresa
Tierra abierta
Una buena fórmula para definir la Lozère.
Porque los castillos, los pueblos y otros monumentos de piedra marcan a menudo la puntuación de nuestra mirada cuando la vista se pierde al contemplar estos paisajes abiertos.
Nuestros ojos marcan una pausa sobre tal capilla encaramada en lo alto de una cumbre, sobre tal castillo pegado a una colina o sobre este pueblo encantador al fondo de un valle estrecho.
Son cortos y raros, estos momentos del descubrimiento cuando las palabras faltan para describir tanto el espéctaculo visual como la emoción.