Es, a menudo durante los paseos improvisados
que se hacen los mejores descubrimientos.
La mirada marca una pausa sobre las ruinas de un castel o en aquella capilla à la cima de un monte.
Desde el horno de pan hasta los restos de una casa fuerte, la sorpresa de encontrar tales pruebas de nuestro pasado en lugares tan difíciles de acceso nos dejan sin palabras.